Tren Maya con Cancún, verano 2024

Día uno (16 julio)

Ciudad de México – Cancún

Después del vuelo, un autobús de calidad turística nos trasladará al hotel, ubicado en el corazón de la zona turística de Cancún y en el que todas nuestras habitaciones cuentan con vista al mar.

La Riviera Maya es una región natural biodiversa y de gran belleza escénica en torno no sólo a sus playas, sino a sus cenotes, esteros, arrecifes, islas y lagunas, elementos que es importante apreciar para poder insistir en la necesidad de su cuidado y preservación.

Por esto, con la idea de aprovechar parte de la belleza natural del sistema regional turístico de la Riviera Maya para la generación de desarrollo económico, en 1974 en México se eligió la zona noreste del estado de Quintana Roo como primer polo de desarrollo turístico mexicano (llamado entonces Centro Integralmente Planeado), logrando, en efecto, que las 12,700 hectáreas y 23 kilómetros de frente de playa que abarca esta ciudad al noreste del estado de Quintana Roo –reconocido como estado también en 1974–, se convirtieran en el destino turístico mexicano de mayor reconocimiento a escala mundial.

Y es que, en México, alrededor de la década de los años setenta, la estrategia de crecimiento basada en la industrialización a través de la sustitución de importaciones mostraba efectos nocivos que algunos oficiales del Banco de México trataron de contrarrestar a través de la creación del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), cuyo primer objetivo fue el proyecto Cancún, como el primero de cinco polos turísticos en las costas mexicanas, según lo anunció Díaz Ordaz en 1969. Por esto, de manera inevitable, durante nuestra estancia en el lugar, reflexionaremos sobre los beneficios y efectos nocivos que  ha tenido FONATUR en el desarrollo de polos turísticos como Cancún, con el objetivo de pensar posibilidades y alternativas sustentables a este tipo de desarrollo.

Esta reflexión es doblemente pertinente ahora, pues con el Tren Maya se abren una serie de oportunidades para cambiar los efectos nocivos que ha tenido el modelo de desarrollo turístico de la región, así como de aprovechar los beneficios y aprendizajes desarrollados hasta ahora.

Tarde libre y alojamiento en Cancún.

Día dos (17 julio)

Isla Mujeres

Isla Mujeres cuenta con algunas de las playas más hermosas de la región de Cancún, pues sus aguas son limpias y de una serie de tonalidades que van de los azules a los colores turquesa, además de un oleaje más suave que el de las playas de Cancún, lo que lo hace una buena opción para disfrutar un día de playa, pero también para hacer snorkel o buceo. 

Para llegar a Isla mujeres saldremos por la mañana de Playa Tortugas, en Cancún, desde donde abordaremos la embarcación que incluye bebida a bordo del recorrido, y comida buffet en el club de playa de Isla Mujeres (el costo de este tour no está incluido, tour opcional), después de la comida nos llevarán a Punta Norte a conocer otra de las playas más bellas de la región. Regreso a Playa Tortugas, en Cancún. Tarde/noche libre y segunda noche de alojamiento en Cancún.

Día tres (18 julio)

Cancún – Campeche en TREN MAYA

El Tren Maya es la obra de desarrollo (no sólo turístico)  más grande de los últimos años en el país, y la más grande de la historia para el conjunto de la región en la que se ha desarrollado, una obra considerada necesaria por el gobierno del país en relación con la histórica falta de inversión en el sureste mexicano (el México excluído de las inversiones de desarrollo  –con excepción del proyecto Cancún–) y con los altos niveles de pobreza y desigualdad de la población de la región. Es un proyecto que, sin embargo, se inserta en una región donde el turismo depredador ha mostrado los efectos nocivos que puede generar. 

Además, se trata de un proyecto que apuesta por recuperar un medio de transporte largamente extrañado en México, ya que en el país se dejó de tener la oportunidad de disfrutar en tren de los maravillosos paisajes con los que se cuenta, consecuencia de la privatización y extinción de las líneas férreas de pasajeros, con excepción del Chepe, que por años fue el único tren de pasajeros, lamentablemente administrado por la empresa privada Grupo México (dedicada fundamentalmente a la minería y acusada de nocivas consecuencias  por explotación humana y ambiental).

Así, tendremos oportunidad de recorrer el sur del país lleno de climas cálidos y húmedos, observar los vestigios que nos dejaron nuestros antepasados inspiran a imaginarnos cómo fue aquél México del que hoy, además de esto, sólo nos quedan algunas crónicas, todo esto mientras reflexionamos sobre los alcances y límites del proyecto, con el objetivo de pensar las mejores alternativas posibles.

Para abordar el Tren Maya, por la mañana nos trasladaremos a la terminal Cancún del Tren Maya, para abordarlo con destino a la estación San Francisco Campeche, posteriormente traslado en el transporte que nos estará esperando a la salida de la terminal y que nos llevará al hotel para poder hacer uso de nuestras habitaciones. Posteriormente, realizaremos una visita guiada por la ciudad amurallada de Campeche, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, debido a la belleza de la cuadrícula de estilo barroco colonial con la que se desarrolló esta villa española, fundada junto al mar. Alojamiento en Campeche.

Día cuatro (19 julio)

Campeche – Mérida

Después del desayuno (incluido), mañana libre y registro de salida del hotel. Traslado a nuestro hotel en la zona turística de Mérida. Por la tarde, visita guiada por Mérida (incluida), noche libre y alojamiento en Mérida.

El español Francisco de Montejo fundó Mérida en 1542 sobre los vestigios de Ichaansihó, centro ceremonial maya que en ese momento era utilizado por una red de cinco pueblos de la región. Lo hizo después de más de veinte años de guerra en contra de la resistencia maya en Yucatán, guerra iniciada después de haber fundado, con Hernán Cortés, la Villa Rica de la Veracruz, y de la posterior conquista parcial de Tabasco en la que la represión que ordenó sobre los pueblos indígenas nunca logró doblegar a los aguerridos cimatecos.

Así, las calles del centro de Mérida y de sus edificios coloniales, fueron construidas con las piedras de los basamentos piramidales mayas, como el caso de la Catedral de San Ildefonso, la más antigua de América, que fue la causa, junto con los primeros edificios religiosos que se construyeron, para que se le llamara Mérida a la nueva ciudad, pues el conquistador quiso compararlos (y compararse) con los primeros templos romanos de Mérida, Extremadura, en España.

Pero la ciudad que se ofrece hoy a la visita, se desarrolló en dos grandes eras, la primera, la de su “glorioso” pasado colonial, puede respirarse cuando se camina por las calles empedradas del centro histórico (recientemente remodeladas por la construcción del Tren Maya) y se visita la Casa Montejo, de estilo plateresco del XVI, el Palacio Municipal (con murales de Fernando Castro Pacheco en su interior), el convento Franciscano, el templo de la Candelaria, el Arco de Dragones o la ermita de Santa Isabel.

Pero la segunda gran era del desarrollo de la ciudad fue consecuencia del crecimiento de las élites porfiristas que en la región se enriquecieron gracias a las ventajas que el dictador les ofreció para la explotación de henequén –una planta usada por la industria textil–, y que les permitió construir sus palacetes y mansiones en El Paseo Montejo y la Avenida Reforma, algunos de los cuales se encuentran abiertos para su visita.

Actualmente, Mérida ha sido nombrada Capital Americana de la Cultura, pues se ha convertido en un centro cultural lleno de jóvenes mexicanos y extranjeros, así como de una significativa migración de extranjeros jubilados. A la gran variedad de teatros y salas de música con la que cuenta, se suma la infraestructura de la UADY (Universidad Autónoma de Yucatán), la ENES Mérida de la UNAM, y de altos centros de estudios, como el CIESAS Peninsular. A lo que hay que sumar la rica oferta gastronómica, mundialmente reconocida, y única de esta región de México. 

Día cinco (20 julio)

Mérida – Izamal – Puerto Progreso – Mérida

Siguiendo los pasos de Mérida, también Izamal fue construida sobre una antigua ciudad maya, sede del culto al dios Itzamatul, pero en este caso hay que destacar que las estructuras de gran tamaño, características de la zona, llegaron a cubrir un área mayor (más de 10 kilómetros cuadrados) que lo que ocupa la población actual. Y agregar además, que la antigua ciudad de Izamal, desde finales del Clásico, tuvo control de una zona mucho más amplia, como lo podemos saber a partir de la red de caminos que la unían con Kantunil y Aké, dominando el comercio y la producción de la sal.

Entre los monumentos prehispánicos más destacados, se encuentra Kinich Kak Moo, el centro ceremonial más grande de Yucatán. Adicionalmente, Izamal conserva, entre sus edificios coloniales, uno de los más hermosos conventos, el cual fue construido por la orden franciscana.

Además, es considerada más antigua que Chichen Itzá y Uxmal. 

Después del desayuno abordaremos el autobús que nos estará esperando para iniciar un recorrido hacia el pueblo mágico de Izamal, visita de ciudad a este hermoso Pueblo Mágico con magníficos testimonios de la cultura maya. Al término, continuaremos hacia el puerto Progreso. Tiempo para disfrutar de las actividades acuáticas y comer. Por la tarde, regreso a la ciudad, tarde libre y alojamiento en Mérida.

Día seis (21 julio)

Mérida – Ciudad de México

Desayuno en el hotel, mañana libre y a la hora indicada, traslado al aeropuerto para el regreso a la Ciudad de México.